Tríptico formado por cinco tablas. En el interior, un busto de Cristo con el nimbo crucífero preside la composición flanqueado por San Pedro, con las llaves, y San Juan Bautista, vestido con su característica piel de camello, en el interior de las tablas laterales. En el exterior aparecen San Juan Evangelista, sujetando una pluma y su Evangelio, y Santa Columba (siglo IX), acompañada por el oso que milagrosamente salvó a la religiosa española de ser violada. Todos los Santos se acompañan de filactelias con alabanzas a Cristo.
Este tríptico define el apego a la tradición característico de la obra de Romano, en el que trata a las figuras como a iconos y las recorta sobre fondos dorados aisladas de cualquier contexto narrativo.