Copia romana (75 - 100 d.C.) de un original del helenismo tardío (125-100 a.C.). El torso femenino, mal conservado y actualmente sin añadidos modernos, pertenece a un tipo estatuario, de aproximadamente 1,20 m de altura, del que existen unas 20 réplicas romanas. Su brazo derecho estaba flexionado y la mano descansaba sobre el recogido del manto en la cadera derecha. En esta zona el torso del Prado está dañado. El brazo izquierdo, que lleva frecuentemente un brazalete en espiral, se hallaba ligeramente alzado; en la réplica de Venecia sostiene el asa de una jarra tumbada sobre un pilar; en otras réplicas se halla sobre la cola de un delfín. La mayoría de las réplicas presentan a la diosa con una diadema, a veces parcialmente fragmentada, a veces añadida, sólo algunas presentan una cinta en su lugar, lo cual ha de ser considerado como una variante. La cabeza estaba ligeramente girada hacia la izquierda e inclinada. Estructura y composición de la estatua sólo cobran sentido si se las concibe como consecuencia de un trazado específico de líneas estructurales, ya que la posición de la figura es muy artificial y la disposición del manto es ilógica. En el lado derecho, la figura presenta una línea ondulada en forma de "S"; el lado izquerdo, en cambio, es recto. La pierna izquierda, ligeramene flexionada y apoyada únicamente en los dedos, describe una curva que apunta hacia adentro, retomando atenuado el movimiento de la cadera derecha. Un esquema básico de composición como este es frecuente en estatuas femeninas tardohelenísticas. La posición del tipo estatuario del Prado no está motivada por una determinada acción ni por un movimiento significativo del cuerpo; por ello no queda claro por ejemplo, si el brazo izquierdo requiere de un apoyo para recibir el peso resultante de la curvatura del torso. Uno de los propósitos específicos del escultor fue el crear motivos atractivos en los pliegues, para lo que encuentra espacio sobre todo en la parte posterior. Estos son generados por la posición sobresaliente de la cadera derecha y por las nalgas bien marcadas, así como por el movimiento, en dirección contraria, del busto. Mientras que los pliegues del manto prendido debajo de la axila izquierda corren sesgados desde ahí en dirección a la cabeza y a las nalgas, y por debajo de éstas van, al bies, hacia ambos lados. Pero, contrariamente a lo que se había supuesto, el manto no es llevado hacia adelante con la mano izquierda, sino más bien, contra toda lógica, es conducido flácido a lo largo de la cadera izquierda hasta el muslo izquierdo. Por esa razón ha de excluirse la interpretación como bailarina, ya que, sin más movimiento, el manto caería. No resulta claro que sentido tiene el recogido del manto que lleva sobre la cabeza. No cabe verlo como apoyo para la jarra que "ha depositado" sobre el pilar, ya que una mujer coronada con una diadema dificilmente podría llevar un a jarra de agua sobre la cabeza. En la espalda se alcanza a ver flecos, es decir, se trata aquí de un paño con flecos, como los que se llevaban con frecuencia en Egipto. Es posible que el tipo estatuario haya sido creado en Alejandría, a lo que apunta no sólo la prenda con flecos, sino también el hecho de que la estatua de Venecia procede de esta ciudad. La identificación del original tipo estatuario no se resuelve, ya que la diadema, el brazalete en forma de espiral, el torso desnudo y los demás atributos y características no son unívocos y, además, no se tiene certeza de cual de los diferentes apoyos de la estatua corresponden al modelo. Las jarras sobre un pilar de las réplicas de Venecia y Florencia sugieren una identificación como ninfas, mientras que los delfínes de las réplicas de Liverpool, Antalya, Newby Hall y los torsos de Aviñón y Toulouse con un Eros cabalgando, hacen pensar en una interpretación como Afrodita. En caso de que el tipo estatuario haya sido creado en Alejandría, cabría preguntarse si no se trata de una divinidad greco-egipcia. La región occipital velada y la diadema recuerdan vagamente los retratos de las reinas ptolemaicas.La réplica romana del Prado debe haber sido creada aún en el siglo I d.C., ya que las terminaciones de los flecos sobre los hombros presentan una elaboración plana y suave. Las nítidas cavidades de los pliegues en el bulto de la cadera hacen pensaren una datación en tiempos flavios.
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