Tocado con un gran sombrero, el personaje, aún sin identificar, viste ropa con amplio cuello de piel y porta un rollo de papel en la mano izquierda. Se trata probablemente de un burgués o un elevado cargo imperial, del que Durero supo captar perfectamente la relevancia y alta posición social.
En un perfecto estudio psicológico, el pintor resaltó las facciones del rostro, acentuando el rictus severo de los labios y la concentración de la mirada, logrando captar su carácter autoritario y desconfiado. El estudio de la luz, la forma de hacer sobresalir el busto sobre el fondo neutro, y lo reducido del espacio, multiplican la sensación de energía contenida, definiendo uno de los retratos más intensos realizados por el artista.
Se cita por primera vez en 1666 en el Alcázar de Madrid.
Tags: