Durante el siglo XVIII los Reyes de España enriquecieron el Real Sitio de Aranjuez con renovaciones y obras nuevas. Entre las más importantes está el extenso jardín del Príncipe, con sus obras arquitectónicas, como las puertas de acceso al jardín, la fuente de Apolo o el estanque con sus templetes clásico y chinesco, diseñados por Juan de Villanueva, que también edificó el palacete conocido como Casa del Labrador. Aquí se conserva uno de los conjuntos neoclásicos más importantes de Europa.