Una dama y tres hombres a caballo llegan a una venta junto a un río en busca de un descanso en su trayecto. Monturas y personajes se refrescan junto a otros viajeros, mientras en la lejanía se proyecta un amplio paisaje propio de las llanuras de los Países Bajos.
La pintura es ejemplo de la particular tendencia de la pintura nórdica de fundir el paisaje con escenas de la vida cotidiana, propia de mediados de siglo y de la que Wouwerman fue uno de los artistas más estimados. El paisaje muestra la etapa final en la evolución del género en los artistas del norte de Europa, quienes fueron progresivamente bajando la línea del horizonte.
Entró en la Colección Real en tiempos de Felipe V fruto del interés del coleccionismo del siglo XVIII por la pintura holandesa.