Panel facticio de cuatro azulejos cuadrangulares, iguales dos a dos, en marco de madera en forma de escudo. Están pintados, cada uno con su escudo cuartelado: dos de ellos con sol en primero, roeles en segundo, castillo en tercer y lobo sujeto a árbol en cuarto; los otros dos, primero y cuarto de cinco estrellas, segundo de barras y tercero de ala. Policromía en azul, dos tonos de amarillo, verde malaquita y violeta sobre fondo blanco. Con la cerámica de Talavera de la Reina se generalizaron en España, junto a los temas renacentistas, las técnicas italianas de la cerámica pintada, desconocidas en la Península, donde todavía imperaban las técnicas moriscas del reflejo metálico, la "cuerda seca" y la arista. A partir del siglo XVI se produce una época de auge en los alfares talaveranos; este apogeo fue en aumento, logrando su mejor etapa a finales del siglo XVII y primer cuarto del siglo XVIII. Posteriormente, tras diversas crisis, se inicia su decadencia, aunque muchas producciones del siglo XVIII gozaron de enorme popularidad.