Una joven de más de medio cuerpo, girada de perfil levanta en lo alto una cesta o bandeja con flores. La temática de género tan frecuente en Pinazo, se une aquí a la tradición pictórica de las ofrendas florales, comunes en la pintura moderna desde el Renacimiento.
La técnica, sin embargo, con una aplicación suelta y desenvuelta del pincel responde a un concepto mucho más moderno del ejercicio pictórico, dando lugar al depurado estilo del artista valenciano, quien en ese caso se vuelca en la gama de los azules, en lugar de los ocres más tradicionales.
El cuadro fue adquirido en 1957 para el Museo de Arte Moderno, cuyos fondos pasaron después al Museo del Prado.