El cuerpo es copia romana de un original helenístico de h. 270 a.C. que acaso representaba a un filósofo de la escuela epicúrea; la cabeza es una obra barroca, copia del conocido tipo denominado "pseudo-Séneca". Aparece mencionada por primera vez en la colección de Cristina de Suecia y aparece ya restaurada como efigie de Séneca y, desde entonces, no parece haber sufrido variaciones sensibles hasta hoy. Su historia es común a la del resto de la colección de la reina Cristina: paso a la colección de Livio Odescalchi, al Palacio de La Granja, y al Real Museo de Madrid. En cuanto a la identificación de la obra con Séneca, parece generalizada hasta el siglo XIX, cuando la crítica pone en duda su nombre tradicional. El modelo de la estatuilla, que presenta gran afinidad estilística con las estatuas de Epicuro y Metrodoro, ha sido esculpido en el mismo momento, después de la muerte de Epicuro (271/70 a.C.). La pequeña estatua fue colocada hacia 150 d.C. por su propietario, probablemente un epicúreo, en la biblioteca o en el larario de su casa.