La estampa documenta el escudo del Real Instituto Militar Pestalozziano, pintado por Goya para el Instituto aunque destruido probablemente en 1808 y del que nos queda constancia a través de esta imagen que ilustró el libro de Johan Heinrich Pestalozzi, El A.B.C. de la visión intuitiva o Principios de la visión relativamente a los tamaños. Parte primera (Imprenta Real, Madrid, 1807). Goya siguió sin apenas cambios las detalladas instrucciones iconográficas que le fueron suministradas en 1806 para la elaboración del emblema y que un año después fueron publicadas en la Noticia de las providencias tomadas por el Gobierno para observar el nuevo método de la enseñanza primaria de Enrique Pestalozzi: "Conviniendo que el Instituto Pestalozziano tenga unas armas que expliquen oportunamente su objeto por medio de alegorías verídicas y filosóficas, se formará un escudo con la composición siguiente: las armas reales, coronadas, con los castillos, los leones y los lises, descansarán sobre un plinto. Al lado derecho se pondrá un niño vestido de carabinero, por estar así el primero de los discípulos admitidos, apoyando su mano derecha en la tabla aprobada por Pestalozzi. Al lado izquierdo habrá otro niño vestido de paisano y sentado, con las tablas de las unidades en la mano izquierda y señalando con el índice a la derecha a la primera unidad, que es la base de todo el sistema. Un rayo de luz con la iluminación que parezca oportuna partirá del cielo, pasará rasante por la cúspide de una montaña, iluminará los rostros de los niños, que estarán llenos de alegría, y se reflectará en las tablas de las unidades. Se verán a lo lejos varios hombres y niños que vienen corriendo a gozar de la benéfica luz que ya disfrutan los primeros discípulos. En este escudo se colocará el siguiente lema: Real Instituto Militar Pestalozziano establecido por S. M. bajo la protección del Señor Generalísimo Príncipe de la Paz. Con los elementos que entran en esta composición se ve que el nuevo instituto español se dedica principalmente para la juventud militar; pero que admite también niños de las otras clases del Estado para formar nuevos defensores de la Patria. Se ve en el rayo de luz partiendo del cielo, que de él nos viene toda nuestra inspiración o descubrimiento que ha de favorecer tanto como éste a la especie humana, y que en las montañas de Suiza empezó a difundirse, y de allí han recibido los demás pueblos la reforma de su primera educación. Por último en la multitud que viene corriendo se representa el afán laudable y honroso que manifiestan los españoles siempre que descubren alguna reforma de principios que les pueda ser ventajosa y el celo con que corresponden a los desvelos del Rey Nuestro Señor a favor de su causa."
Del aspecto del emblema pintado por Goya también ha quedado memoria visual en el fondo del retrato de Manuel Godoy como restaurador de la Educación Española que pintó Agustín Esteve (1753-1820) y que se conserva en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.