Representación del prendimiento de Cristo por los soldados romanos, escena del Nuevo Testamento que marca el inicio de Su Pasión (Mateo 26, 45-46; Marcos 14, 41-52; Lucas 22, 45-54; Juan 18, 1-9).
Se trata de un boceto preparatorio para la realización del cuadro que orna uno de los altares de la Sacristía de la Catedral de Toledo. En él puede apreciarse la manera de trabajar de Goya, con rápidas y enérgicas pinceladas, con las que crea unas formas esquemáticas, que sin embargo definen con precisión la composición, que le fue encargada por el Cabildo de la catedral toledana en 1791. Ningún otro boceto conservado de Goya ilustra mejor que éste lo que debió de ser la primera idea compositiva, plasmada por el artista de un modo instantáneo con pinceladas que revelan la fuerza de sus ideas. Goya conocía el lugar donde iba a ser instalado el cuadro y ajustó perfectamente al lugar la iluminación y la composición de la escena, en la que introdujo pocos cambios a la hora de realizar la obra definitiva.
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