La marca del delfín no sabemos identificarla, pero no dudamos de que sea moderna; aparece también en otra cuchara de la colección, que es imitación de una alemana antigua. La segunda marca parece que se fabricó borrosa adrede y no que se haya desfigurado con el tiempo, lo que sería señal clara de cierta intención fraudulenta. En efecto, la cuchara sigue en apariencia modelos franceses y, más cercanamente, modelos ingleses en uso desde el siglo XV hasta el siglo XVII, tanto por la forma del cuenco, que es la más corriente en Europa hasta cerca de 1700 como por el mango cilíndrico, muy característico de las cucharas británicas. Pero, además de las inusuales marcas, esxiten algunos detalles formales que nos llevan a pensar que estamos ante una imitación realizada a fines del siglo XIX. De modo especial, hay que destacar que en las cucharas antiguas de este tipo, el mango se prolonga hasta abrirse al llegara al cuenco y no remata en molduras yuxtaponiéndose a una moldura recta como la que aquí sirve de límite. Tampoco conocemos un remate como el de esta cuchara, pues son más frecuentes los que incluyen una figurilla, pero es evidente que pueden o pudieron existir algunas cucharas que lo tuvieran así alrededor de 1600. Ello no sería obstáculo a la consideración de la pieza como moderna por la técnica y molduración empleadas.