De más de medio cuerpo, de tres cuartos a la izquierda, sostiene un pañuelo con la mano derecha y apoya la izquierda en el brazo de un sillón. Viste rico traje de seda blanca con bordados de hilo de oro y botones de perlas. Lleva lechugilla de encaje muy ceñida al rostro. Un collar grueso de oro, diamantes cuadrados teñidos de negro en el reverso, y perlas y una cinta de cadera en forma de uve, igualmente de oro, perlas y diamantes. En la cabeza, gorra de terciopelo bordado de oro, con perlas y un joyel con una gruesa perla, rematado por unas plumas blancas. Fondo verdoso plano y, enmarcando la figura, un marco fingido en trampantojo que se trunca
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De más de medio cuerpo, de tres cuartos a la izquierda, sostiene un pañuelo con la mano derecha y apoya la izquierda en el brazo de un sillón. Viste rico traje de seda blanca con bordados de hilo de oro y botones de perlas. Lleva lechugilla de encaje muy ceñida al rostro. Un collar grueso de oro, diamantes cuadrados teñidos de negro en el reverso, y perlas y una cinta de cadera en forma de uve, igualmente de oro, perlas y diamantes. En la cabeza, gorra de terciopelo bordado de oro, con perlas y un joyel con una gruesa perla, rematado por unas plumas blancas. Fondo verdoso plano y, enmarcando la figura, un marco fingido en trampantojo que se trunca en la parte inferior, permitiendo suponer que el cuadro fue de figura entera, y se cortó, suprimiendo la parte inferior. La imagen de la reina se recorta, severa y un tanto rígida sobre fondo uniforme, aunque la serenidad de su rostro y la delicadeza con que se hallan modeladas las facciones y las manos humaniza un tanto la altiva dignidad de la figura. La retratada, cuarta esposa de Felipe II, era sobrina suya pues era hija de su hermana María, Emperatríz de Alemania y del emperador Maximiliano II, a su vez primo del monarca español.
El retrato, cuya firma no parece auténtica y no permite leer las dos últimas cifras de la fecha, ha sido objeto de varias restauraciones que alteraron en algunas partes significativas su aspecto original suavizando los evidentes barridos de la pintura primitiva en el rostro y repintado el fondo por entero cubriendo el fingido marco y eliminando la sutil sombra que la figura proyecta sobre el fondo, prococando una sensación de falta de volumen, y dando una imagen demasiado plana a la silueta. Estos repintes han sido eliminados en la reciente restauración devolviendo, en lo posible, la imagen a su aspecto original. La atribución a Sánchez Coello parece segura, a la vista de la excelente calidad, aunque sin excluir la participación del taller en labores secundarias como la minuciosa traducción de joyas y bordados. Su fecha, a juzgar por la edad de la retratada, debe ser bastante inmediata a la boda real de 1570. Breuer la considera de entre 1570-1571 muy convincentemente. Antes, por errónea lectura de la firma, seguramente no autógrafa, se la creía de 1575.
- plegar