Talla escultórica en madera policromada y estofada de finales del siglo XIV, representando a la Virgen y el Niño, en deplorables condiciones de conservación por haber sufrido los estragos del fuego en su parte delantera, a pesar de lo cual se aprecia una obra de gran calidad, que ha perdido la rigidez de la postura frontal de comienzos del estilo y muestra un aire naturalista. María, de pie y ligeramente inclinada hacia la derecha, sostiene al Niño, al que mira y éste a su vez la contempla. Se aprecian bellas facciones en el rostro de la Virgen. Es de escuela castellana, y responde a un tipo iconográfico derivado de la escultura gótica en marfil, que sigue la forma de los colmillos de los elefantes.
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