Giordano representa a la patrona de Palermo como eremita, en un momento de éxtasis místico. Coronada de rosas, posa delicadamente su mano izquierda en el pecho mientras que con la derecha sostiene una vara de azucenas. La actitud recuerda el modelo impuesto por Guido Reni (1575-1642) y su escuela, con la cabeza ladeada, los ojos elevados al cielo y la boca entreabierta mostrando su beatitud. La obra perteneció a la colección de la reina Isabel de Farnesio, como indica la flor de lis pintada en el ángulo inferior derecho.
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