Según una leyenda narrada por San Buenaventura, estando San Francisco postrado en la cama por una enfermedad se le aparece un ángel músico para mitigarle la nostalgia que sentía por la música de su juventud.
El uso de la luz y la sombra para crear un clima de misterio, construir el espacio y resaltar los elementos de carácter dramático, la delicadeza de los gestos y de la acción, la valentía compositiva o la maestría en la reproducción de las texturas son características de Ribalta presentes en esta obra.
Perteneciente a la primera generación naturalista española, Ribalta es uno de los pintores de mayor calidad y el que posee un estilo de mayor originalidad, que en parte bebe de influencias externas -como Sebastiano del Piombo- y en gran medida es consecuencia de una reflexión personal.
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