Este personaje pertenece a un grupo de retratos que, a raiz de la caracterización realista de la vejez y de sus facciones individualizadas, a primera vista podrían parecer tardorrepublicanos. Sin embargo fueron creados ciento cincuenta años más tarde, en la época de Trajano. A diferencia de los retratos tardorrepublicanos, la cara arrugada no tiene un aspecto fláccido y blanco sino firme. Las arrugas han sido marcadas tan sólo linealmente, con lo cual la plasticidad de la forma circular de la cara es resaltada aún más; en los retratos tardorrepublicanos, a su vez, la plasticidad del rostro se descompone en sus elementos individuales mediante las profundas arrugas.