Retrato del conde de San Segundo delante de un cortinaje. La composición, serena y equilibrada, está marcada por el hieratismo del personaje, la riqueza del paño dorado, inspirado en el Retrato de Julio II de Rafael, y por el paisaje que se abre en el lateral derecho con edificios clásicos y libros apoyados en el alfeizar de la ventana.
La sofisticación del manierismo de Parmigianino queda especialmente patente en las figuras del Conde y de la estatua del dios clásico (posiblemente Perseo o Marte) situado a la derecha, que se alargan alejándose de las proporciones lógicas.
Pedro Maria Rossi (1504-1547) fue un brillante militar que sirvió a Francisco I de Francia, Cosme I de Medici y Carlos V (1500-1558). El retrato se pintó cuando militaba en el bando imperial, lo que explica la presencia de la palabra “IMPERIO” sobre uno de los libros, y la cantidad de citas clásicas.
Esta obra perteneció a la colección del marqués de Serra. En 1664 fue adquirida por el conde de Peñaranda para Felipe IV (1605-1665), apareciendo en el inventario de 1686 en el Alcázar de Madrid y en el de 1772 de El Buen Retiro.
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