El Bautista está sentado en unas rocas junto al recodo de un río bordeado de matorrales, álamos y alisos pintados con gran precisión. El entorno remite al tipo de paisaje, umbroso y apacible, que se crearía en Roma en los primeros años del siglo XVII. Un detalle sugestivo es la inscripción incisa en los álamos: "VIVA / MARIA / IVAN", declaración amorosa dedicada a la Virgen. Formó parte del retablo mayor de San Pedro Mártir en Toledo.
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