Cartón para tapiz destinado a colgar sobre una puerta, que muestra a dos niños llevando a dos grandes perros mastines protegidos con sendos bozales. Formó pareja con la sobrepuerta Niño montando un carnero, conservada hoy en día en el Art Institute de Chicago.
Esta obra fue concebida por Goya como parte de la serie de cartones para tapices encargada por la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara en 1786, destinada al comedor del Príncipe en el Palacio de El Pardo y dedicada a las Cuatro Estaciones. Debido a la muerte del rey Carlos III (1716-1788), este grupo nunca ocupó su destino original y pasó a decorar diversas habitaciones del Monasterio de El Escorial sin un orden concreto.