La escena principal que da nombre a la obra se desarrolla al fondo de la misma, con el padre recibiendo al hijo pródigo en lo alto de la escalera.
El tema del cuadro está basado en el último pasaje de la parábola El hijo pródigo del Nuevo Testamento (Lucas 15, 11-32). Muestra el momento en el que el hijo, tras malgastar su herencia, se arrepiente ante Dios y vuelve a casa de su padre. Éste, perdonándole, le recibe con un gran banquete, que Bassano ha trasladado al primer término de la obra mostrando su maestría a la hora de pintar naturaleza muerta.
Esta obra fue regalada a Felipe IV (1605-1665) por el duque de Medina de las Torres.