La Virgen, que sostiene en su regazo el cuerpo muerto de Cristo, conduce implorante la mirada al cielo. San Juan, de rojo, José de Arimatea y Nicodemo, reflexionan sobre el acontecimiento del que son protagonistas. En la parte baja, la Magdalena retira las Espinas de la cabeza de Cristo y María Salomé besa su mano.
Es obra de madurez de Jordaens, en la que se aprecia la pincelada larga y acuosa de sus últimas pinturas. Tras numerosos dibujos preparatorios de las figuras, realizó una composición piramidal para el grupo de la parte baja, cuyo modelo último es la Piedad de Miguel Ángel, hoy en San Pedro del Vaticano. Este grupo queda enmarcado por las figuras en pie de la parte alta, según una solución repetida en otras representaciones del mismo tema por parte del artista.
Procede de la Iglesia de San Alberto de Sevilla.
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