Siguiendo el Evangelio de San Lucas (22: 39-46), Cristo lejos de los discípulos, arrodillado, con las manos separadas, pide al Padre que aparte de Él ese cáliz, materializado en el que descansa sobre la roca, mientras los tres Apóstoles que le acompañan, Pedro, Juan y Santiago, duermen.
Procede del retablo mayor de San Lázaro de Palencia.
Etiquetas: