La santa aparece en un entorno marítimo que quiere recordar el de Saintes-Maries-de-la-Mer, el puerto de la Provenza por el que, según tradiciones medievales, llegó a Francia para su retiro penitencial. A excepción de la figura, la obra está realizada con una factura sumaria y un tanto abstracta que se explica por estar pensada para una ubicación muy elevada dentro del retablo de San Pedro Mártir en Toledo.
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