Estas tablas, junto a una cuarta en colección particular, ilustran la “Historia de Nastagio degli Onesti”, octava novela de la quinta jornada del Decamerón de Boccaccio, que narra la historia de Nastagio, un joven de Rávena que, rechazado por la hija de Paolo Traversari, abandonó la ciudad instalándose a sus afueras.
En este primer panel se muestra a Nastagio despidiéndose de sus amigos e internándose en un pinar, donde ve una mujer atacada por mastines y perseguida por un jinete, Guido degli Anastagi. Éste le cuenta que también él amaba a una joven que no le correspondía y cuyo rechazo le llevó al suicidio. Su muerte no conmovió a la joven, quien al morir fue condenada al Infierno por su indiferencia. Allí se les castigó con esta persecución, que debía repetirse cada viernes durante tantos años como meses ella le había ignorado. Cada vez que Guido alcanzaba a la joven abría su costado y arrojaba a los perros su corazón.
Las pinturas fueron encargadas en 1483 por Antonio Pucci para el matrimonio de su hijo Giannozzo con Lucrezia Bini (los escudos de ambas familias flanquean al de los Medici en el tercer panel). La crítica otorga a Botticelli, entonces en la cúspide de su carrera, el diseño general y la ejecución de alguna figura, detectando igualmente la participación de sus ayudantes Bartolomeo di Giovanni y Jacopo del Sellaio.