La escultura, representa a un anciano herido en un combate, amparado por su hijo, quien se interpone a fin de parar con su cuerpo la herida mortal. Simboliza el asedio de la ciudad de Zaragoza, y fue concebida durante el encarcelamiento del artista en el Castillo de Sant´Angelo por no reconocer a José Bonaparte durante la Guerra de la Independencia, siendo además una forma de reforzar su adhesión a Fernando VII. La gran novedad es la elección de una gesta épica del mundo contemporáneo y su tratamiento desde un punto de vista clásico, es decir, la síntesis entre la representación de un hecho del conflicto bélico, que ya es una elección de gran modernidad, unida al desnudo heroico, al vigor y a la sensibilidad de la tragedia griega.