El héroe clásico, acompañado de sus perros, acomete al jabalí de Calidonia que asolaba el Ática, según el conocido relato mitológico. El tema aparecía recurrentemente en sarcófagos y esculturas antiguas que aparecieron durante el Renacimiento, inspirando a numerosos artistas.
A través de este grupo, Bandini quiso demostrar sus habilidades como broncista al duque de Urbino, tras haber éste querido utilizar los servicios escultóricos de Giambologna.
La pieza fue probablemente regalada por el propio duque, Francesco María II della Rovere, a Felipe II durante los últimos años de su reinado. No se documenta con precisión en las Colecciones Reales hasta 1621, cuando se encuentra en el Alcázar de Madrid.