Esta escena, perteneciente a las Metamorfosis de Ovidio, narra un episodio del mito de Meleagro y Atalanta: el instante en el que la expedición organizada por Meleagro parte en busca del jabalí enviado por Diana, diosa romana de la caza, para devastar el mítico reino de Calidón como venganza por no haber sido honrados sus altares.
Los protagonistas, acompañados de otros héroes clásicos, están situados a la derecha de la composición, ella rubia, vestida de azul y tocada con un casco. En el centro, una estatua de la diosa cazadora preside la escena con dos de sus símbolos, el arco y las flechas. Al fondo se distingue una ciudad y, a la derecha, una estatua de un sátiro tocando una siringa. Atalanta fue la primera en herir a la bestia, que fue rematada certeramente por Meleagro. Este, impresionado por la belleza de Atalanta, le ofreció como trofeo la cabeza y la piel del animal, acto que desencadenaría su muerte.
La composición, elegante y pausada, recuerda a los bajorrelieves clásicos, característicos por su dinamismo contenido.
Este cuadro forma pareja con el Sacrificio a Priapo, del Museo de Arte de Sao Paulo, Brasil. Ambas obras aparecen citadas en el inventario de 1701 del Palacio del Buen Retiro, Madrid, donde formaron parte de la decoración de “historias de Roma”.