Retrato de don José Álvarez de Toledo y Gonzaga (1756-1796), duque de Alba y XI marqués de Villafranca, esposo de María Teresa de Silva, duquesa de Alba, representado de cuerpo entero, vestido con casaca amarillenta, chaleco blanco moteado de azul, calzón gris verdoso y botas negras de montar con espuelas.
El Duque se apoya en una mesa de gabinete sobre la que descansan un violín y un sombrero negro, y sujeta entre sus manos una partitura titulada Cuatro canciones con acompañamiento, de Franz Joseph Haydn, a quien el noble había encargado varias composiciones.
Esta cantidad de detalles, lejos de ser superfluos, fueron sutilmente introducidos por Goya para resaltar las virtudes del retratado, virtuoso de la música, ya que tocaba varios instrumentos musicales, aunque no por ello dejaba de entregarse a las aficiones viriles propias de la aristocracia montando a caballo.
Uno de los retratos más bellos de Goya, resalta tanto por su magistral técnica pictórica como por la perfecta construcción del espacio, cuya perspectiva se acentúa por la posición del mueble.
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