La capacidad creativa y la especialización propia de los artistas flamencos tiene en este festón un magnífico ejemplo de pintura decorativa, donde Snyders pintó las frutas, Jan Brueghel el Viejo las flores y las figuras fueron realizadas por Rubens.El cuadro es parte de las obras adquiridas en torno a 1623 para la reina Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, y fue colgado probablemente como entrepuerta o entreventana, como indica su formato.