Aniello Falcone fue un pintor barroco italiano, activo en Nápoles y destacado por sus obras en las que representaba escenas de batallas. Nacido en Nápoles, hijo de un comerciante, mostró su tendencia artística a temprana edad. Primero recibió algunas enseñanzas de un pariente, y luego se convirtió en uno de los más destacados alumnos como aprendiz de José de Ribera. Salvatore Rosa, a su vez, se dice que fue aprendiz de Falcone. Además de las escenas de batallas, grandes y pequeñas, tomadas de la Biblia, así como de la historia no religiosa, pintó diversos temas religiosos, que, sin embargo, han sido poco valorados en su reputación artística. Se convirtió, como pintor de batallas, casi tan célebre como Giacomo Borgognone, y fue llamado L Oracolo delle Battaglie. Sus obras destacan por su movimiento, variedad, la naturaleza y el cuidado del color. Falcone fue audaz, generoso, acostumbrado a las armas, y una excelente esgrimista. En la insurrección de 1647, dirigida por Masaniello, Falcone se mostró sangriento vengando la muerte, a manos de dos españoles, de un sobrino y de un alumno en la escuela de arte que había establecido en Nápoles. Salvator Rosa, Carlo Coppola, entre otros, y el propio Falcone, formaron una banda armada denominada Compagnia della Morte, (Compañía de la Muerte) que luchaba en las calles durante el día, y por la noche eran grandes pintores. Restaurado el orden en Nápoles, Falcone se marchó. Él y Salvator Rosa fueron expulsados a Roma; aquí Giacomo Borgognone, descubrió las obras de Falcone, y se convirtió en su amigo. Después, un caballero francés le indujo a viajar a Francia, donde el rey, Luis XIV, se convirtió en uno de sus más destacados clientes. En última instancia, Jean-Baptiste Colbert obtuvo permiso para que el Falcone volviese a Nápoles, y allí murió en 1665. Dos de sus escenas de batalla se han expuesto en el Louvre y en el museo de Nápoles. Falcone también pintó un retrato de Masaniello, grabados y algunas placas. Entre sus principales alumnos, además de Rosa y Coppola (cuyas obras a veces se atribuye a sí mismo Falcone), fueron Domenico Gargiulo, Paolo Porpora, Francisco Pérez Sierra y Andrea di Lione.