Un grupo de soldados descansa en un interior. En primer plano uno de ellos deja su armadura sobre una percha junto al resto de armas, corazas y yelmos de sus compañeros. A la derecha un escudero ayuda a uno de los soldados a descalzarse de las botas.
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) supuso un tema muy repetido entre los pintores flamencos. El argumento militar fue manejado por Teniers para construir una de sus habituales escenas de interior.
Utiliza una luz cenital que ilumina los grupos del primer plano y del último, dejando en penumbra el plano medio, lo que contribuye a construir la perspectiva hacia el fondo. Partiendo de la tonalidad general uniforme propia de las obras de Adriaen Brouwer (1605/1606 - 1638), incorpora en esta pintura toques de color para diversos objetos, especialmente visibles en los instrumentos militares. Estos constituyen en sí mismos una magnifica naturaleza muerta, que muestra la habilidad del pintor para la representación de objetos.
Se trata de una de las pocas obras de Teniers que se documentan en España en el siglo XVII, estando localizada ya en 1666 en el Alcázar de Madrid.
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