Retrato del príncipe don Carlos (1545-1568), heredero al trono español, hijo de Felipe II (1556-1598) y de su primera esposa y prima Manuela de Portugal (1528-1545).
Esta obra idealiza el rostro y cuerpo del Príncipe, quien en realidad nació con graves malformaciones físicas y trastornos psicológicos producto, probablemente, de la consanguineidad de sus padres. Tanto la vestimenta del personaje, bohemio (capa forrada con piel de lince) y jubón amarillo, como su pose frontal ayudan a disimular estas características.
A través de la ventana del fondo puede distinguirse la figura de Júpiter y un águila portando la columna de Hércules, símbolos de la Casa de Austria en clara referencia a la sucesión dinástica.
La obra fue recortada en su momento desapareciendo la firma del artista. Aparece citado en el inventario de 1636 del Alcázar de Madrid.