Goya representó en esta obra dos actividades campestres distintas. A los cazadores del fondo se les une, en primer término, un muchacho pescando en un río, que da título a la obra.
Cartón para uno de los tapices del comedor de los príncipes de Asturias en El Escorial. El artista resuelve en esta composición la relación de los diferentes planos de la pintura con mayor soltura que en otros ejemplos.
En el fondo, a la derecha, aparecen hojas y ramas, dibujadas a lápiz negro, que pudieron ser una variante o retoque para esa zona, o incluso un añadido de los tejedores.