Obra de intención moralizante que muestra los dos caminos que tentarán al hombre a lo largo de toda su vida, la Virtud y el Vicio. La Virtud, tocada con una corona de laurel, su símbolo desde la Antigüedad, y ocultando su anatomía bajo amplios ropajes, toma al joven de la mano. El Vicio, representado como una cortesana veneciana, rubia, de generoso escote y engalanada con joyas, intenta llamar la atención del joven haciéndole un gesto con su brazo.
El asunto está inspirado en la ficción de Pródico, narrada por el historiador y filósofo griego Jenofonte (430-354 a. C.) en Los Memorables, y que también fue comentado por San Basilio (330-379): Hércules niño solicitado por dos caminos.
Obra de juventud, Veronés repitió el tema en su madurez, posiblemente autorretratándose, en un cuadro que se encuentra en la Frick Collection de Nueva York.
Este cuadro se cita por primera vez en el inventario del Alcázar de Madrid de 1666.