Dos mercaderes orientales repasan sus cuentas inclinados sobre una mesa iluminada por la luz que entra a raudales desde una ventana situada a la izquierda de la composición. Bajo el tablero se esconden dos sacas llenas, al fondo dos mujeres leen un libro y, en primer plano se sitúa un ave, símbolo tradicional para representar la confianza y la lealtad en las relaciones comerciales.
Esta obra fue encargada por Manuel Godoy (1767-1851), príncipe de la Paz y primer ministro del rey Carlos IV (1748-1819) para decorar la gran escalera monumental de su recién restaurado palacio. Forma parte de un grupo de cuatro tondos con asuntos de carácter alegórico, que se completaría con La Ciencia (perdido en la actualidad), La Agricultura (P2547) y La Industria (P2548), también conservados en el Museo del Prado. La elección de los temas se ha interpretado como un intento de Godoy por presentarse como el político ilustrado por excelencia, que propicia el desarrollo del país que gobierna favoreciendo el desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones más importantes, según los símbolos de las sociedades económicas del periodo ilustrado.
La composición está distorsionada para que las piezas pudieran verse correctamente de abajo a arriba al estar colgadas en alto, y la técnica sorprende por su rapidez y sus fuertes y rápidas pinceladas.
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