Tres criadas, una de ellas columpiándose de las ramas de un pequeño árbol, cuidan de unos niños, mientras son observadas por tres pastores o vaqueros, situados al fondo, junto a sus manadas.
Goya utiliza con gran maestría las figuras en distintos planos para establecer relaciones entre el fondo y el primer plano a través de las miradas de los hombres, que en este caso son correspondidas a través de la mujer que está de espaldas. La apacible y cotidiana escena de campo se convierte así en la representación de una cita entre las nodrizas y sus galanes.
Cartón para uno de los tapices destinados al antedormitorio de los príncipes de Asturias en el Palacio de El Pardo.
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