Imagen de la Virgen María doliente por el sufrimiento de su Hijo, con las manos unidas en oración, que llora por Cristo y por la intercesión en favor del creyente, en este caso Carlos V (1500-1558). Esta obra fue concebida como pareja del Ecce Homo (P-437) de Tiziano, también en el Museo del Prado.
Carlos V mostró gran interés por este tipo de imágenes llevando consigo a su retiro al Monasterio de Yuste (Cáceres) tanto esta Dolorosa, como otra también de Tiziano y propiedad del Museo del Prado (P-444).
La Dolorosa de las manos cerradas fue posteriormente llevada por Felipe II (1556-1598) al Monasterio de El Escorial, desde donde ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1839.