Diana, diosa romana de la caza, duerme al aire libre, apoyada sobre una roca y envuelta en una piel de leopardo. Tocada con su símbolo, la media luna, viste ropas de inspiración clásica y se acompaña de sus armas, las flechas y el arco, y de la trompa de caza.
Van Loo pintó numerosas escenas mitológicas, normalmente impregnadas de cierto erotismo, siguiendo el gusto del arte francés del siglo XVIII, donde estas representaciones facilitaban una sutil recreación sensual del desnudo femenino.