Estatua de tamaño mayor que el natural representando al Emperador (1500-1558) en pie, con media armadura y bastón de mando. El Toisón de Oro que pende del pecho, la espada que sostiene con la mano derecha y el manto que recoge con la izquierda completan los símbolos de la autoridad regia. Sobre la base de la escultura, se representa un casco de motivos fantásticos sobre el que el Emperador apoya su pierna, detrás el águila imperial.
Se trata de una imagen muy relacionada con representaciones clásicas, denominadas en el Renacimiento “a la antigua”, por las que se quería vincular el poder de Carlos V con el pasado imperial romano.
Encargada por el propio Emperador en 1549, los artistas siguen las mismas pautas en la representación de la figura que el Carlos V y el Furor (E273), realizado en bronce, cuya comparación demuestra su menor dominio del mármol.
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