Adriano tenía 41 años de edad cuando sucedió en 117 d.C. a Trajano, y gobernó hasta su muerte en 138 d.C. Según lo recuerda la Historia Augusta "fue de elevada talla, de elegante figura, con cabello cuidadosamente ondulado; llevaba barba para cubrir las cicatrices que poseía en su rostro de nacimiento, y mostraba una complexión robusta". De él se conservan más de 130 retratos, que pueden repartirse en distintos grupos tipológicos, no siempre susceptibles de ordenación temporal. La presente cabeza pertenece al grupo de Baias, compuesto por una veintena de réplicas (casi todas procedentes, como ésta, de Italia), y muestra al emperador grueso, como en las monedas del final de su vida. El busto es auténtico aunque muy restaurado, aparece semidesnudo, como alusión a un carácter heroico o divino, y contrasta con las inquietudes filosóficas y helenizantes de Adriano, que el mismo quiso resaltar con su barba y cabellera.
Etiquetas: