En primer término unos arenques ahumados ofrecen sus irregulares superficies junto a unas cebolletas de pulido contorno; al lado de ellos un pan abombado aporta su nota clara y maciza. En segundo plano se ve una jarra o puchero, panzudo, de alfarería, típico del siglo XVIII, cubierto con una tejoleta (fragmento) de plato talaverano o de Puente del Arzobispo, con la decoración llamada de â??rosillaâ? o â??del ramitoâ?, que casi oculta un lebrillo de Alcorcón; del borde del recipiente emerge un mango de madera. Una alcuza, una vinagrera de loza y un cesto completan el efectismo verista del cuadro.