El niño dormido está acostado en una piel de cabra sobre el suelo rocoso. Tiene la cabeza recostada sobre el brazo izquierdo, en cuya mano sujeta dos adormideras. Lleva el típico peinado de los niños griegos y de Amor: una trenza encima de la raya , unos tirabuzones largos y una coronita de rizos encima de la frente. Las adormideras en la mano hacen pensar en Hipno (en latín "somnus"), el dios del sueño. Sin embargo, al no tener alas en las sienes, esta interpretación carece de fundamento. Además, no yace como Hipno encima de una piel de león, sino sobre una de cabra, lo que indica una conexión con el culto báquico, donde Amor asiste al cortejo del dios. Las adormideras indican también la función sepulcral de la escultura, que tal vez tenía su colocación original en el jardín de un sepulcro romano. Los tirabuzones, detalle muy apreciado en el periodo adrianeo, datan también esta escultura que, a su vez, imita modelos helenísticos.