La cabeza es de mármol blanco; el torso está tallado en un gran bloque de marmol con aspecto de breccia, pero que, por sus colores, puede ser indentificado como portasanta brecciato: en él se figuran la túnica sobre el cuello y el paludamento, además del remate de la coraza y las ptériges sobre el hombro derecho. La fíbula, en cambio, es de mármol blanco y la peana de mármol blanco con vetas grises. Aunque a primera vista podría pensarse que este retrato representa al emperador Galba, lo cierto es que el corte de la cabeza, la calvicie y otros detalles, como el ceño fruncido, vienen a confirmar la tradicional identificación con Vespasiano. Pero se trata, como señala Blanco, de un "Vespasiano según la concepción renacentista, tan diferente de los verdaderos retratos del Emperador". Junto con el Busto colosal de Vitelio (E00158), formaron parte del conjunto de los Doce Césares que regaló Pío V a Felipe II y que conocemos a través del inventario de 1636, que los sitúa en el llamado "Jardín de los Emperadores", a la izquierda de la fachada del Alcazar madrileño. Allí aparece como: "3092. Otra statua de medio cuerpo arriba, la caueza de marmol blanco, y el ropaje de jaspe colorado, con manchas leonadas y blancas, sobre un pedestalillo de jaspe blanco, leonado y negro con letrero que dice bespasianus aug.". Como señala Coppel, esta obra y su pareja estan hechas por distinta mano, pero es probable que procedan las dos de un mismo taller, que ella identifica como el de Guglielmo della Porta.
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