Vaso realizado en pórfido, uno de los materiales más apreciados desde la Antigüedad clásica por su rareza y gran belleza para la realización de piezas ornamentales con destino a los palacios nobiliarios y cortesanos.
La decoración con estrías curvilíneas y las asas dobles en forma de culebras responden a la tendencia clasicista que unía modelos recuperados de la Antigüedad con motivos estéticos propiamente barrocos.
La colección de vasos de pórfido del Museo procede de las compras realizadas por Felipe IV en los anticuarios romanos a través de sus embajadores y virreyes y en las almonedas de la nobleza.