Cabeza de figura femenina en barro cocido característica de Tanagra (Beocia), cuyo tipo se extendió a partir del siglo IV a.C. por todo el Mediterráneo. Presenta facciones influidas por el arte griego clásico. Con moño alto y grandes pendientes circulares con una roseta de ocho pétalos incisa en su parte frontal. El peinado es semejante al de algunas figuras siciliotas del siglo IV a.C. Las tanagras son pequeñas estatuillas de terracota que sirvieron de exvotos durante la Antigüedad Clásica, especilamente durante los siglos IV al I a.C. Por el bajo coste y la producción casi seriada a base de moldes bivalvos éstas fueron abundantísimas en la Antigüedad, principalmente en Grecia y el Sur de Italia donde se concentraron los talleres más importantes, del que destaca el de Tanagra en Beocia, ciudad que les ha dado su nombre genérico.
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