Santa Catalina de Siena
Arrebatada por el aire en el interior de un templo, extiende los brazos ante la visión mística de un Crucifijo del que emanan los estigmas, que recibe en las manos y el costado. La santa de Siena viste hábito dominico y se ciñe la frente con una corona de espinas, viéndose a sus pies varios angelitos que portan una vara de azucenas, símbolo de pureza, junto a una calavera y varios libros, instrumentos de meditación.
Aunque su pequeño formato parece indicar que se trate con toda probabilidad de un boceto para un cuadro de mayor empeño, la figura de la santa está descrita con una minuciosidad poco habitual en este tipo de estudios preparatorios de Castelló, como puede comprobarse en el amplio conjunto conservado en las colecciones del Museo, e identificados inequívocamente como de su mano. No así los angelitos en vuelo, resueltos con el esquematismo aflecado e impreciso más personal de este artista, mientras que los rasgos faciales de la santa recuerdan los modelos humanos de su maestro.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 87.
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