Lienzo de formato rectangular. En primer plano joven con melena y ataviado como un rey: armadura, manto rojo un cetro en cada mano y coronado. En segundo plano una mesa y una columna preceden un fondo tormentoso donde se puede adivinar la ciudad de Toledo.
Procedente del legado testamentario del marqués de la Vega Inclán en 1942. El inventario del legado se recoge dentro del apartado 17. Cuadros, esculturas y otros objetos existentes en el domicilio del causante. (....) Se exhibió en la sala Legado Vega Inclán en el Museo Romántico a partir de 1945. El 11 de junio de 1935 fue trasladado al Museo del Greco, en intercambio de otras obras con el Museo Romántico.
La referencia más antigua que hemos encontrado en la bibliografía es su participación el el año 1920 en la exposición celebrada en ese año en la Royal Academy de Londres bajo el título Exhibicion of Spanish Paintings, en este catálogo aparece ya identificado como San Luis, Rey de Francia, es atribuido al Greco y ya era dueño de la obra el marqués de la Vega Inclán. El cuadro todavía conserva al dorso la etiqueta de dicha muestra. Antes de 1908 el cuadro no seríe comprado por Vega Inclán, pues Cossío, gran amigo del marqués, en su obra de este año dedicada al Greco, al comentar el San Luis de Francia del Greco, consevado en el Museo del Louvre (había sido adquirido en 1903), al hablar de posibles réplicas de esta obra señala No se que exista réplica alguna de este cuadro, lo que aumenta su originalidad, trantándose del Greco (Cossío, M.B., 1908, vol.I: 330). Respecto a la procedencia de la obra, parece ser que el marqués la habría adquirido en la provincia de Granada, si bien no hay unanimidad en precisar la localidad concreta. Cossío señaló que Del San Luis del Louvre apareció, en un convento de Guadix, una réplica que pude ver despacio y que pasando luego al mercado, esá hoy en el legado del marqués de la Vega - Inclán, en la Casa del Greco. En cambio, Wehey señalaría que el marqués de la Vega Inclán la prestó a Londres en 1920 como procedente de los Comendadores de Santiago, en Granada. Este presunto origen granadino no lo hemos podido documentar. Cossío ponderó, incompresiblemente, la espiritualidad tan alta que emana de la obra: Es uno de los mejores ejemplares para comprender la intensificación de la espiritualidad de las figuras en el último tiempo, al cual pertenece.
Trapier en su estudio del Greco de 1925, lo menciona en la colección madrileña del marqués como Greco, y únicamente presenta dudas en el cuanto a la identificación del personaje: pudiéndo ser los monarcas San Luis o San Fernando. Mayer, en cambio, pasó a considerarla obra de taller del Greco. En la Guía del Museo Romántico de 1945 la pintura se atribuye al Greco, aunque con variantes de entidad respecto al muy superior del Greco del Museo del Louvre. Cossío de Jiménez en la edición de la obra de su padre en 1971 mantendría la atribución al Greco. El primero en relacionar la obra con el estilo seco y desabrido de Jorge Manuel fue Camón Aznar en 1950, al que creemos por su técnica inferior y por la dureza de su modelado, obra de Jorge Manuel (Camón Aznar, 1950, vol. I: 678). Atribución que ha sido aceptada por todos los autores posteriores.
Bien se puede aplicar a la pintura de Jorge Manuel las célebres palabras con que injustamente Palomino se refirió a la pintura del padre, aquello de llegó a hacer despreciable y ridícula su pintura, así en lo descoyuntado del dibujo como en lo desabrido del color (Palomino, A. (1714), Ed. Sánchez Catón, 1936:88). (Redondo Cuesta, José, 2007, pp 130-132)
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