El episodio que ilustra el presente estudio preparatorio tuvo lugar inmediatamente después de la entrevista de San Francisco ante el sultán de Egipto, Malec-el-Kamal (inv. 6844), narrándose en el mismo capítulo de Las Florecillas de San Francisco: "Estando San Francisco en Egipto, se hospedó en una casa, en la que había una mujer muy hermosa de cuerpo, pero muy fea de alma, y la desgraciada le solicitó a pecar. "Acepto" -dijo el santo-, "vamos a la cama". Y ella le condujo a una habitación. Pero San Francisco le dijo "ven conmigo". Y la llevó junto a un brasero muy grande con cuyas rojas brasas calentaban aquella estancia. Poseído de un santo fervor de espíritu, el santo se desnudó y se
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El episodio que ilustra el presente estudio preparatorio tuvo lugar inmediatamente después de la entrevista de San Francisco ante el sultán de Egipto, Malec-el-Kamal (inv. 6844), narrándose en el mismo capítulo de Las Florecillas de San Francisco: "Estando San Francisco en Egipto, se hospedó en una casa, en la que había una mujer muy hermosa de cuerpo, pero muy fea de alma, y la desgraciada le solicitó a pecar. "Acepto" -dijo el santo-, "vamos a la cama". Y ella le condujo a una habitación. Pero San Francisco le dijo "ven conmigo". Y la llevó junto a un brasero muy grande con cuyas rojas brasas calentaban aquella estancia. Poseído de un santo fervor de espíritu, el santo se desnudó y se echó sobre las ascuas. Luego invitó a la mujer a que ella hiciese lo mismo [...] Y estando San Francisco de esa manera mucho tiempo con semblante alegre, sin quemarse ni tostarse lo más mínimo, assutada aquella mujer con este milagro y conpungida en su corazón, no sólo se arepintió de su pecado y de su perversa intención, sino que se convirtió a la fe de Cristo."
Décimo boceto del conjunto de once conservados en el Museo Lázaro para el ciclo de lienzos con Escenas de la vida de San Francisco de Asís pintados por Zacarías González Velázquez para la decoración del claustro bajo de la basílica de san Francisco el Grande de Madrid (véase Nº Inv. 5669). [...] En este pequeño lienzo, el artista demuestra la solidez de su formación académica en el modelado de la enjuta anatomía del santo, a base de planos muy marcados de luces y sombras, cuyos contrastes se atenúan en el cuadro final, en el que, por el contrario, se endurece la rigidez teatral del gesto de la mujer [...] Planteamiento escénico simple, por la sencillez de la arquitectura doméstica y la escasez de personajes, que se reduce a los protagonistas y a una pareja de testigos,demuestra la solidez de su formación académica en el modelado de la enjuta anatomía del santo, a base de planos muy marcados de luces y sombras, cuyos contrastes se atenúan en el cuadro final, en el que, por el contrario, se endurece la rigidez teatral del gesto de la mujer, presa de un sobrecogido espanto ante la visión del milagro y la invitación del santo a tumbarse junto a él en el lecho de ascuas.
- plegar
