La pieza es muy característica de la platería augsburguesa. Destaca por su perfil mixtilíneo, que alterna elementos variados pero con apoyo en el número de seis; tal perfil no se repite en el interior del plato, que es estrictamente circular. También es propio de la platería de la ciudad alemana la labor cincelada que aparece en parte de la orilla. La decoración se ordena simétricamente, con exacta correspondencia a los segmentos del borde, pero la traza de cada parte es diferente aunque se continúe y enlace perfectamente sin rupturas en el dibujo, al tiempo que el perfil de toda la cenefa es absolutamente irregular. Así se combina el orden según la estructura del borde con la asimetría del perfil interior y exterior. El dibujo muestra un predominio de lazos que forman figuras muy variadas al utilizar trazos rectos y curvos. Es típico de la ornamentación empleada por los plateros de Augsburgo en el siglo XVIII. El resultado, a través de una habilísima técnica de cincelado, es de gran brillantez y elegancia. Pieza marcada en Ausburgo y por el platero Elías Adam autor de una mancerina con dos pocillos que también se conserva en la colección (Inv. 3934)