La cabeza, en mármol blanco de Carrara, tiene la nariz restaurada y aparece rota en dos partes: la superior abocetada o muy retocada, mientras que la inferior, incluyendo la barba y parte de la boca, muestra un aspecto mas cuidadoso y mejor acabado. El torso consta de distintos elementos: túnica en el cuello, coraza con "gorgoneion" sobre el pecho, ptériges en el hombro derecho, paludamento con fíbula sobre el izquierdo, pero está tallado todo él en un solo bloque de mármol grisáceo, acaso un tipo particular de "portasanta". La peana es de "alabastro dorato". Aunque es evidente la semejanza de este busto con varios que se adscriben a la colección Odescalchi, la ausencia del aspa de Felipe V impide vincularlo a la misma serie. Sólo se puede suponer una comunidad de talleres de origen en la Roma barroca. Esta pieza pudo venir a España en cualquier momento desde el siglo XVII hasta principios del siglo XIX. El problema más confuso es, sin embargo, la fecha del retrato. Barrón (al que sigue Ricard) consideraba antiguas tanto la parte superior como la inferior de la cabeza e identificaba al personaje con el emperador Lucio Vero (161-169 d.C.); Blanco aún manteniendo el mismo nombre, calificaba toda la obra de renacentista, y los catálogos más recientes (Coppel, Schröder) le dan la razón. Sin embargo, tras observar detenidamente la obra, M. A. Elvira duda de esta solución, teniendo en cuenta la intervención de restauraciones.
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